Preguntas de desarrollo, ¿somos justos corrigiendo?

Uno de los dilemas de cualquier docente a la hora de evaluar, es como calificamos nuestras pruebas. Muchas veces, donde nos encontramos más dificultades es a la hora de calificar las preguntas de desarrollo.

Las preguntas de desarrollo, normalmente, se suelen introducir a partir de 3º de la ESO y en sobre todo en el Bachillerato. Son preguntas que nos permiten valorar dos aspectos: el nivel de conocimientos por parte de los alumnos; y por otro lado el grado de madurez del alumno.

Otra cosa es ¿ Cómo calificamos estas preguntas?

Un indicativo de como calificarlas es como planteamos su enunciado: lo podemos realizar de manera muy generalista o de manera pormenorizada.

En mi práctica docente y con el paso de los años, me he convencido de que la mejor manera de corregir estas preguntas es  estableciendo en primer lugar un enunciado pormenorizado de que aspectos concretos queremos que desarrollen.

Partiendo de esto, debemos establecer unos criterios mínimos y máximos para valorar este tipo de pruebas de la manera más objetiva posible, y dejaría un pequeño espacio para valorar ese grado de madurez que he mencionado anteriormente.